La geotermia
La geotermia aprovecha el calor que proviene del interior de la tierra y se transmite por la corteza terrestre. La corteza debajo de los continentes tiene 35km de espresor. Bajo la corteza se encuentra el manto terrestre, con una temperatura de 1.200°C. Un 99% de la tierra tiene una temperatura más alta de 1000°C. Las temperaturas en el núcleo son de 6000°C.
Por lo tanto existe siempre una corriente térmica del interior de la tierra que se transmite por la corteza hacía el espacio. Esta forma de energía es una energía renovable.
El sol afecta solamente a la capa más alta de la tierra. A partir de los 15m de profundidad el subsuelo tiene una temperatura constante de aprox. 12°C durante todo el año. No influyen los cambios de temperatura en verano o invierno. La temperatura aumenta con la profundidad, por cada 30m sube 1°C. En 100m existe una temperatura de aprox. 15°C.
Esta temperatura constante del subsuelo la aprovechamos para calentar y enfriar. En invierno cuando el aire esté frío, el subsuelo estará más caliente y en verano cuando el aire esté caliente, el subsuelo estará más frío. Por lo tanto la diferencia de la temperatura para calefactar y refrigerar entre el subsuelo y el edificio es más pequeña que la diferencia de la temperatura entre el aire exterior y el edificio. Esto significa un gran ahorro energético a la hora de climatizar un edificio.
Para garantizar la eficacia de la instalación geotérmica durante todo el año es mejor no depender de las épocas de frío o calor, sino de las corrientes térmicas del interior de la tierra. Así el funcionamiento correcto de la geotermia esta garantizado en todo momento. Al contrario que las placas solares, que solamente generan energía durante el día.
El subsuelo tiene la temperatura necesaria para enfriar el edificio en verano. El terreno absorbe el calor del interior de la vivienda.